La reciente traducción al español, por la editorial Hispano Europea, del libro "Secret Notes" de David Bronstein y Sergéi Voronkov, nos ha descubirto muchos y jugosos detalles de la vida del gran maestro de Kiev en su última etapa de vida, en la que remedando al judio errante de la tradición, recorrió Europa entregando a los aficionados al ajedrez toda su creatividad en este juego y su pasión.
En lo que a nosotros respecta, hemos encontrado el capítulo dedicado a su estancia en Asturias especialmente interesante.
Todo comenzó en 1992, momento en el que D Brontein estaba en Holanda, cuando un día de primavera, probablemente tuvo que preguntar ¿Donde está Oviedo? Había recibido una llamada telefónica de un lugar de España del que jamás había oido hablar, eran muy buenas noticias. La Universidad de Oviedo, representada por Antonio Arias Rodríguez y el intérprete Kean David Haines, le hizo una asombrosa propuesta que no pudo rechazar. Aquel Bronstein, recien salido del ostracismo y la represión a la que le había sometido el sistema soviético en los últimos años, que gracias a la Perestroika podía recorrer Europa jugando al ajedrez de nuevo, encontró los 10000 dólares al año que le ofrecían, alojamiento, manutención, jugar con el equipo de ajedrez de la universidad de Oviedo en el primer tablero y la posibilidad de jugar otros torneos, absolutamente irresistible.
Lo cierto es que la euforia inicial, no tardando mucho, dió paso a cierta decepción, ya que si bien en lo personal el GM ruso estaba cómodo, en lo ajedrecístico las cosas no rodaban a su gusto, tal como expresaba en carta personal a su esposa Tania.
"¿Que estoy haciendo en España? Nada. una semana tengo clases, la siguiente la tengo libre. Los estudiantes están ocupados con sus estudios, el ajedrez para ellos es una relajación, escuchan con medio oido y no hacen preguntas, en resumen, soy como un espectáculo de marionetas".
Hemos consultado este punto con algún jugador, compañero de Bronstein en aquellos años, en el equipo de la universidad y nos ha confirmado que el horario de clases del GM era anárquico y totalmente improvisado por la universidad. No obstante, para orgullo del ajedrez gijonés, Bronstein nos dice en el libro:
"En Gijón había una rama de la universidad, iba allí en ocasiones a dar conferencias; los jugadores eran bastante más serios, tenían un nivel de nuestros candidatos a maestro, con ellos era interesante trabajar..."
Por lo que hemos podido deducir de nuestras averiguaciones, Bronstein pasó poco a poco de la sorpresa inicial al conformismo; llegó a econtrarse cómodo en Asturias, el trabajo en la docencia del ajedrez no le exigía demasiado, estaba cómodamente alojado y bien mantenido, tenía cierta autonomía y jugar con el equipo de la universidad era sencillo para su categoría; de hecho siempre expresó su deseo de quedarse en España. Participó en todos los eventos del ajedrez asturiano, como los Open Príncipe de Asturias y por supuesto se trasladó con su equipo a todos los torneos necesarios, como el torneo de Vergara. Los jugadores asturianos que le trataron, lo recuerdan como una persona amable y discreta, con un inmenso conocimiento del ajedrez y poder para comunicarlo, con
un gran amor por lo vital, demostrado con su conversación o con su excelente capacidad para apreciar un buen vino o un menú de tres platos.
En 1996 el interés por el ajedrez en la universidad de Oviedo disminuyó, Bronstein seguía sin tener un contrato formal a lo que se añadió la imposibilidad de obtener un pasaporte español y consecuentemente problemas con su permiso de residencia, todo junto ayudó a que este genio del ajedrez nos tuviera que abandonar por otros paises y ciudades. Realmente creo que el ajedrez asturiano perdió una gran oportunidad con su marcha.
(Si algún lector o ajedrecista asturiano conoció al Bronstein de esta época y tiene datos, fotos o alguna anécdota interesante que nos pueda hacer llegar, le estaremos muy agradecidos. lmendez55@telecable.es)
4 comentarios:
Aún recuerdo las catacumbas de la Escuela de Minas donde nos daba clase en Oviedo, eramos 6 u 8 a lo sumo, apiñados alrededor de un tablero, con Kean David haciendonos de traductor o escuchando la vocecilla de Bronstein hablando en ruso. Siempre regañaba a Juancarlero por acelerar el cambio de piezas."Despacio despacio" decía. Aprender, aprendiamos, pero lo olvidé pronto ;)
Gracias por tu comentario.
La verdad es que me hubiese gustado conocer al GM Bronstein. Parece por los comentarios que habeis puesto aquí en el blog y en el foro de Ajedrezastur, que
con su conocimiento del juego y su personalidad no dejó a nadie indiferente.
Un abrazo
Luis MC
De vergara o Bergara, valen las 2, son las multiples anecdotas, su amor a la botella de vino de rioja, su estancia con las jirafas en cabarceno, su gusto por el filete al quesu, y su juego alegre contra los maestros españoles a los que ganaba bien aunque kikon le decia que esos eran gente del pueblo. Lastima perdio con romero, el premio al mejor tablero, justo la partida que sabia que era maestro el rival.
Es cierto, Jorge. Yo manejaba el tablero y cuando, para dármelas de listo, efectuaba el cambio de peones recíproco quitando uno de cada color y dejando el mismo en la casilla crítica, arrugaba el morro y me reñía.
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