Cuando un divulgador de Ajedrez escribe un libro siempre alberga un propósito definido aunque no esté explícito, dar a conocer la belleza de este juego. Si el escritor nos enseña además partidas de Grandes Maestros de alto valor didáctico, el interés de su obra aumenta considerablemente. El máximo logro se alcanzaría si el escritor nos muestra partidas que no solo sean buenas, si no que sean paradigma, o sea ejemplos perfectos de los diversos temas estratégicos o tácticos que se desarrollen en ellas.
La lectura de este libro " The Most Instructive Games of chess ever played " nos lleva a conocer, según su autor y traduciendo el título, las partidas más instructivas que alguna vez se han jugado sobre los distintos temas estratégicos y tácticos que se pueden ver en ellas; nos transmiten por tanto los mejores conocimientos ajedrecísticos que podemos alcanzar en los distintos aspectos del juego que aparecen en cada una.
Como profesional de la enseñanza el objetivo perseguido por Irving Chernev me parece de una dificultad y una amplitud de miras digna de alabanza. Cuando se pretenden objetivos didácticos es esencial disponer de ejemplos claros y concretos que entren por los ojos de los alumnos, en este caso lectores, pero buscar paradigmas dentro del Ajedrez, con la enorme variedad de motivos estratégicos, sistemas para abordarlos, partidas y jugadores de distintas escuelas y estilos parece realmente un tanto inalcanzable.
Si Chernev consigue o no su objetivo depende del tipo de lector que lea el libro. No obstante puedo decir que la labor de búsqueda de ejemplos realizada en el año de su publicación 1965, tuvo que ser inmensa y muy trabajosa, teniendo en cuenta que entonces no existían bases de datos informatizadas. Lo cierto es que podemos disfrutar con sesenta y dos juegos magníficos que enfocan un variado repertorio de situaciones estratégicas, peón aislado, torre en séptima fila, ataque al rey, simplificación de material, casillas débiles, etc. Podemos citar algunos casos como la partida Capablanca - Tartakower para instruirnos sobre el juego de la torre en séptima fila, la partida Tarrasch - Thorold paradigmática en cuanto a los finales de torres, o el juego entre Botvinnik - Boleslavsky que nos enseña el arte de simplificar piezas.
El divulgador ha buscado profundamente entre la élite de Grandes Maestros de la Historia, aunque captó mi atención el hecho de que algunos de ellos aparecen más reseñados, como si sus partidas fuesen especiales en cuanto a su valor instructivo. Destacamos a tres genios del arte de Caissa que destacan en el libro por el número de sus aportaciones; Tarrasch, Capablanca y Petrosian. ¿Seran estos G. Maestros, en opinión de Chernev, los que más nos han enseñado?
Abramos sus páginas e instruyámonos disfrutando.
Como profesional de la enseñanza el objetivo perseguido por Irving Chernev me parece de una dificultad y una amplitud de miras digna de alabanza. Cuando se pretenden objetivos didácticos es esencial disponer de ejemplos claros y concretos que entren por los ojos de los alumnos, en este caso lectores, pero buscar paradigmas dentro del Ajedrez, con la enorme variedad de motivos estratégicos, sistemas para abordarlos, partidas y jugadores de distintas escuelas y estilos parece realmente un tanto inalcanzable.
Si Chernev consigue o no su objetivo depende del tipo de lector que lea el libro. No obstante puedo decir que la labor de búsqueda de ejemplos realizada en el año de su publicación 1965, tuvo que ser inmensa y muy trabajosa, teniendo en cuenta que entonces no existían bases de datos informatizadas. Lo cierto es que podemos disfrutar con sesenta y dos juegos magníficos que enfocan un variado repertorio de situaciones estratégicas, peón aislado, torre en séptima fila, ataque al rey, simplificación de material, casillas débiles, etc. Podemos citar algunos casos como la partida Capablanca - Tartakower para instruirnos sobre el juego de la torre en séptima fila, la partida Tarrasch - Thorold paradigmática en cuanto a los finales de torres, o el juego entre Botvinnik - Boleslavsky que nos enseña el arte de simplificar piezas.
El divulgador ha buscado profundamente entre la élite de Grandes Maestros de la Historia, aunque captó mi atención el hecho de que algunos de ellos aparecen más reseñados, como si sus partidas fuesen especiales en cuanto a su valor instructivo. Destacamos a tres genios del arte de Caissa que destacan en el libro por el número de sus aportaciones; Tarrasch, Capablanca y Petrosian. ¿Seran estos G. Maestros, en opinión de Chernev, los que más nos han enseñado?
Abramos sus páginas e instruyámonos disfrutando.
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