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jueves, 30 de diciembre de 2010

Mir Sultan Khan (1905 -1966)


Hay jugadores en la historia del ajedrez que, por su brillantez, alcanzan un lugar en el olimpo de nuestro juego. Fue al final de la década de los años veinte y principio de los treinta, del siglo pasado, cuando una estrella iluminó el mundo de Caissa desde un rincón de la India. Un personaje digno de Kipling, que podía haber protagonizado uno de aquellos maravillosos relatos ambientados en este subcontinente. Nos estamos refiriendo a Mir Sultan Khan.

La historia de este jugador siempre nos atrajo y fue gracias al libro del escritor inglés RN Coles. “Mir Sultan Khan”. Editorial British Chess Magazine 1965, y a la obra de Anne Sunnucks “The Encyclopaedia of Chess”, donde pudimos averiguar con todo detalle la verdadera dimensión de la biografía humana y ajedrecística de este maestro.

Una gran impresión recibieron los participantes en el campeonato británico de 1929 cuando, al jugar sus partidas, se encontraron al otro lado del tablero con un adversario peculiar, un hombre que pese a su baja estatura impresionaba por su figura ascética, de piel profundamente morena, rostro serio y concentrado, de fuerte mandíbula y amplia frente, cuya cabeza se tocaba en ocasiones con un turbante.

Sus adversarios hallaron un jugador de estilo tranquilo, que aunque mostraba deficiencias en el juego de apertura, daba toda una lección en el medio juego con su capacidad para las maniobras y su virtuosismo en los finales de partida, en los que igualaba al mismísimo Capablanca. De rostro imperturbable independientemente de lo apurada o difícil de la situación del juego, era capaz de afrontar arduas posiciones donde solo cabía defenderse y, a pesar de todo, salir airoso. Esa capacidad de no inmutarse ante nada le llevó a recibir en algunas ocasiones el nombre de “El Inescrutable”.

A pesar de ser analfabeto en lengua inglesa y su ignorancia de la teoría del ajedrez occidental, su potencia natural para este juego le llevó a ser Campeón Británico en 1929, 1932 y 1933.

El estado indio de Punjab, lo vio nacer en la aldea de Mitha, distrito de Sarguda., dentro de una familia muy numerosa. Su padre le enseñó la versión india del juego, a la edad de nueve años. A los veintiún años ya era considerado el jugador más fuerte del Punjab. Su talento llegó a conocimiento del Coronel Nawab Sir Umar Hayat Khan, ayudante de campo del rey Jorge V. Este noble le nombró miembro de su séquito, con la intención de enseñarle la versión europea del juego e introducirlo en los círculos europeos de ajedrez. Sultán Khan no defraudó las expectativas de su mecenas, dos años después, Sir Umar inscribió a su protegido en el Campeonato Indio de ajedrez moderno 1928, que ganó con un resultado de 8 ½ puntos sobre 9.

En 1929 Sir Umar visitó Londres y trajo consigo, como miembro de su séquito, a Sultán Khan. Con el respaldo de ser Campeón Indio fue aceptada su inscripción en el Campeonato Británico de ese año en Ramsgate. Previamente participó en un torneo de preparación, organizado expresamente para él, en la conocida sala londinense Gambit Chess Rooms; enfrentándose a Winter, Yates y Conde. Empató en la última posición con Conde. Tenía demasiadas lagunas teóricas y poca experiencia como para conseguir un mejor resultado. Tras este mal resultado recibió la ayuda de los maestros Winter y Yates en su preparación para el Campeonato de 1929. Cuando comenzó este, nuestro protagonista perdió su primera partida, no parecía tener posibilidad alguna de salir airoso de la prueba, pero para sombro de todos su juego se fue afianzando a lo largo de las dos semanas de torneo. A pesar de sufrir un brote de malaria resultó claro vencedor perdiendo una sola partida y con 8 puntos sobre 11. La dureza del clima inglés le afectó negativamente, provocándole una mala salud de hierro que le acompañó durante todos estos años de estancia en Inglaterra; de hecho era frecuente verlo acudir a sus partidas con al garganta protegida y envuelta con pañuelos y bufandas.

Después de esta victoria Sultán Khan regresó a la India con su patrón, pero retornó a Inglaterra al mayo siguiente y jugó en Scarborough 1930 donde alcanzó un cuarto lugar, por detrás de Colle, Maroczy y Rubinstein. Jugó con el equipo británico en la Olimpiada de 1930 en Hamburgo consiguiendo 11 puntos sobre 17, un excelente resultado para alguien que no había leído un libro de ajedrez en su vida.

Tras la Olimpiada jugó numerosos torneos por toda Europa hasta 1933. En Lieja 1930 quedó segundo detrás de Tartakower y delante de Colle, Nimzowitsch, Sir George Thomas y Rubinstein. En Hastings 1930 – 31 alcanzó el tercer lugar detrás de Euwe y Capablanca, al que derrotó en su encuentro individual. Jugando en el primer tablero del equipo británico, en la Olimpiada de Praga 1931, consiguió 11 ½ puntos sobre 17, venciendo a Rubinstein y Flohr y entablando con Alekhine y Bogoljubov. Perdió el Campeonato Británico de 1031 con Yates, pero recuperó el título en 1932 y lo defendió en 1933. Durante este tiempo en Inglaterra jugó dos match, contra Tartakower en 1931 que ganó 6 ½ - 5 ½ y contra Flohr en 1932 que perdió por 2 ½ - 3 ½ . Cuando terminó su periplo competitivo sus resultados definitivos eran +120 =55 -47 partidas totales.

Se ha comparado a Sultán Khan con su compatriota Ramanuyan. Las dos potencias de la Naturaleza, cuya capacidad intuitiva les permitió destacar en disciplinas intelectuales de las que lo desconocían casi todo, ajedrez y matemáticas respectivamente. Los dos ciudadanos de la India y del imperio británico que asombraron a la Inglaterra de la época con su personalidad, su gran rendimiento y su prodigiosa creatividad en sus respectivos campos.

En diciembre de 1933 Sir Umar retornó a la India, llevándose a Sultán Khan con él. De vuelta a su país, S. Khan jugó un match contra V.K. Khadilkar en 1935, ganando por 9 ½ - ½ ; después de este evento desapareció del mundo del ajedrez. Cuando su protector murió, le dejó en herencia una pequeña granja. Sultán Khan murió de tuberculosis, contraída en su estancia europea, en Sargodha, Pakistán actual, en 1966.

Soultanbeieff,Ivanovich - Sultan Khan,Mir [E16]

Liege, 1930

1.d4 Cf6 2.Cf3 b6 3.c4 e6 4.g3 Ab7 5.Ag2 Ab4+ 6.Ad2 Axd2+ 7.Cbxd2 Mejor [7.Dxd2] 7...0–0 8.0–0 c5 Sultan Khan afianza su posición maniobrando adecuadamente. 9.Dc2 Cc6 10.dxc5 bxc5 11.e4? Error posicional que deja en manos del negro la casilla d4. 11...Dc7 12.Tfe1 d6 13.Tac1 h6 14.a3 Cd7 15.Dc3 Apoyando el avance b2-b4. 15...a5 16.Ch4 g5 17.De3 Planeando entrar en h6 si el negro toma el caballo de h4, con ataque. 17...Dd8 Reusando tomar el caballo ya que el juego está posicionalmente ganado. 18.Chf3 De7 19.h3 Tab8 20.b3 Aa8 21.Cb1 Cde5 22.a4 Previniendo que el negro avance a5. El blanco jueg sin rumbo. mientras que Sultan Khan afianza su posición. 22...Cxf3+ 23.Axf3 Cd4 24.Ad1 Previniendo el salto del caballo Cc2. 24...f5! Apertura de juego decisiva para el ataque. 25.exf5 Txf5 26.Tc3 Tbf8 27.Tf1 Tf3!! Final hermoso. Si la dama blanca va a d2, la dama negra se desplaza a b7 con amenaza de mate. 28.Axf3 Txf3 0–1


lunes, 6 de diciembre de 2010

Chess for Fun & Chess for Blood

No lo puedo evitar. ¡Me gustan los libros de Edward Lasker! Y no solo por este sonoro y atractivo título "Ajedrez para gozar y ajedrez para sufrir", que por si mismo es un iman para el lector, también por ciertos aspectos formales que paso a comentar.

Este gran jugador americano de origen alemán, autor de varios libros de ajedrez, combinó en su producción escrita la profundidad del conocimiento ajedrecístico, con la belleza del diseño, dando lugar a ediciones muy cuidadas.

Normalmente en los libros de ajedrez las imágenes que encontramos corresponden a los diagramas de las partidas y si acaso a alguna fotografía. Edward Lasker, el otro Lasker, siempre incluía en la maquetación y diseño definitivo de sus obras, las ilustraciones de algún artista relevante que complementaban y encajaban perfectamente con el texto.

En este libro que comentamos, intervino con su trazo creativo el dibujante y pintor Max Oppenheimer, que firmaba como MOPP, artista de origen vienés, amigo del autor, pintor de fama mundial y representante de la escuela expresionista europea. Sus dibujos en blanco y negro dan un encanto especial a la edición, incluyendo un retrato del autor, varios dibujos relativos al contenido de los capítulos, y sobre todo las hermosas letras capitulares de todos los apartados del libro.

La dualidad espresada en el título, el gozo y el sufrimiento en el ajedrez, adelanta claramente las dos partes diferenciadas de la obra. En la primera mitad de sus páginas se reflexiona sobre los aspectos lúdicos del juego, tales como las anécdotas, las combinaciones de mate, los planes estratégicos, el final de partida o los problemas de ajedrez. En la segunda mitad se incide en el objetivo último de toda partida, aquello que comporta ansiedad y sufrimiento al jugador en el devenir del juego, ganar. Por eso nos muestra como ejemplo un extraordinario capítulo, desmenuzando y pormenorizando sus reflexiones y pensamientos a lo largo de la partida que entabló con el campeón del mundo Emmanuel Lasker. Veintiocho páginas dedicadas a analizar las más de cien jugadas que duró este encuentro en Nueva York 1924, llenas de amenos comentarios y acertadas opiniones técnicas.

Es sin duda un libro de ajedrez, pero por el enfoque personal de las reflexiones y opiniones que muestra, podríamos incluirlo en la categoría del ensayo. En resumen una excelente edición de la editorial Mc Kay de Filadelfia de 1942, que da ciento y raya a cualquier libro actual de ajedrez en los que, contenidos técnicos aparte y aunque no pedimos pan de oro, priman los aspectos comerciales en el fondo y la austeridad en la forma.